La Agencia de Pesca de Japón advirtió a sus funcionarios no aceptar carne de ballena como regalo por parte de los balleneros, a tan solo algunas semanas de que zarpara la flota ballenera japonesa en su expedición anual al Océano Antártico.
Tokio, Japón. 27 de diciembre de 2010 – La Agencia de Pesca nipona reprendió a cinco funcionarios por aceptar carne de ballena por parte de la compañía pesquera que operó a través de los programas balleneros financiados por el gobierno japonés entre 1999 y 2008, dijo un funcionario de la agencia Koji Hamada el pasado viernes 24 de diciembre.
La carne regalada pesaba unos 25 kilogramos (55 libras), con un valor en el mercado superior a los 270.000 yenes (3.260 dólares), agregó.
Los funcionarios eran sospechosos de violar los estándares éticos de los servidores públicos. Reconocieron que aceptaron los regalos después de regresar de cada expedición ballenera que acompañaron al trabajar como supervisores. La sanción fue anunciada el miércoles pasado.
A inicios de este mes los balleneros japoneses zarparon hacia el Océano Antártico para su caza anual, mientras que la organización ambientalista Sea Shepherd Conservation Society partió desde Nueva Zelanda para intentar detenerlos.
La temporada de caza de ballenas dura de diciembre a febrero y cada año los enfrentamientos entre balleneros y activistas se han intensificado, recordemos el episodio que sufrió la nueva embarcación de Sea Shepherd, la cual se hundió tras un choque con un barco ballenero en enero de este año.
La investigación de la agencia de pesca surgió tras denuncias en los medios, presentadas el año pasado acerca de como los funcionarios y los balleneros saqueaban la carne obtenida en los programas de investigación financiados con fondos públicos, dijo Hamada.
En 2008 dos activistas de Greenpeace se robaron un paquete con carne de ballena para demostrar las infracciones cometidas por las autoridades. Meses después, la corte japonesa les imputó a los activistas cargos por traspaso a la propiedad privada y robo, por lo que fueron condenados a prisión, aunque su sentencia quedó suspendida. La corte también reconoció las prácticas de regalos turbios entre los funcionarios balleneros.
Hamada agregó que los operadores balleneros Kyodo Senpaku Kaisha y el Instituto de Investigación de Cetáceos han sido consultados acerca de detener las prácticas de envío de regalos de carne de ballenas a los funcionarios públicos, sin embargo niegan que las sanciones tengan algo que ver con las reglas.
Agrega que “El punto es que, más allá de que se trate de carne de ballena o no, nosotros no debemos aceptar ningún tipo de regalo que incite la suspicacia del público”.
Desde 1986, cuando entra en vigencia la moratoria sobre la caza comercial de ballenas, Japón utiliza resquicios legales de la Comisión Ballenera Internacional para continuar sus programas de caza comercial de ballenas bajo supuestos fines de “investigación”.
Los críticos sostienen que no existe razón para continuar la matanza de ballenas y que los programas de investigación son empleados para disfrazar la caza comercial pues la carne termina siendo procesada y comercializada dentro del mercado japonés.
Fuente: Associated Press,
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